UBE Blogs

UBE Blogs

terça-feira, 27 de dezembro de 2016

El verdadero cristianismo - séptima y última parte


por:
José Augusto de Oliveira Maia
14.12.2016


SERIE DE ESTUDIOS SOBRE EL LIBRO "EL VERDADERO CRISTIANISMO", DE WILLIAM WILBERFORCE (*)


CAPÍTULO VII - propuestas prácticas para un verdadero cristianismo


Evitar la auto-engaño

La corrupción de la naturaleza humana por el pecado, en un acto voluntario de rebelión en contra de Dios, lleva el Hombre a una actitude egoísta, que desarrolla una visión muy positiva de sí mismo, dejando al descubierto la debilidad de su visión moral y la tendencia a la auto-indulgencia con sus pecados, que se profundiza a medida que pasa el tiempo. 

Para la omnisciencia de Dios, pasado, presente y futuro siempre están abiertos; nuestro pecado siempre tiende a alejarnos de Dios, de ahí la necesidad de la oración y de una firme y constante vigilancia (Mateus 26:41). 

"¿Dónde están la inocencia y la bondad del corazón? Recuerde que somos criaturas caídas, nacidas en pecado y naturalmente depravadas. El cristianismo no reconoce la inocencia o la bondad del corazón, pero sí la remisión del pecado y los efectos de la operación de la gracia divina."

A los jovenes, la tentación de los placeres de la vida presente es la gran piedra de tropiezo, mientras que a los de mayor edad, padres y madres, la extrema preocupación por la seguridad y el bienestar material hace olvidar que "Falta una cosa" (Marcos 10:21); pero, a uno y al otro, sin embargo, el distanciamiento de Dios los condena al infierno.

"Para estas personas, la solemne advertencia de Cristo está dirigida: 'Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, pero estás muerto. Sé vigilante, y confirma las otras cosas que están para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios.' (Apocalipse 3:1, 2); cualquier persona dispuesta a escuchar a esta solemne advertencia, que ha despertado de su sueño de falsa seguridad, y está dispuesta a ser, no por decir casi, perto totalmente cristiana, no asfixie 'la obra del Espíritu divino'; que el sea atraído del camino de la destrucción, para el estrecho y escasamente poblado camino que lleva a la vida; que él se retire de la multitud; que entre en su cámara y en rodillas medite y ruega en el nombre de Cristo, que Dios quite su corazón de piedra y dé un corazón de carne; que él ore para que el Padre de las luces abra sus ojos a su verdadera condición, que limpie su corazón de los prejuicios y elimine el instrumento engañoso del egoísmo."

"Esta es la solución que parece una paradoja muy extraña para el hombre del mundo. A medida que crece en la gracia, un cristiano también crece en humildad. La humildad es, de echo, el principio primero y último de lo cristianismo. A partir de este principio él vive y se desarrolla. Como la humildad crece o disminuye, al igual el cristianismo debe florecer o debilitar. La humildad, primero, dispone el pecador a tener una profunda actitude de renuncia con el fin de aceptar las ofertas del Evangelio. Durante todo el proceso, estos son el fundamento y la base de sus sentimientos y del comportamiento en relación a Dios, a su prójimo y usted mismo. Cuando, finalmente, Dios o conducir a su Glória, este principio va a seguir con fuerza inquebrantable; él se prostra delante del Cordero, adora al que vive por los siglos de los siglos, y lanza su corona ante el trono dando alabanza, gloria, honor y poder por los siglos de los siglos." (Apocalipse 4:10; 5:13)

"Otro principio del verdadero cristiano  es que él reconoce que este mundo no es un lugar para descansar. Aquí, a lo sumo, él debería ser un peregrino y un estranjero. Es un soldado cuya fortuna sólo termina con la vida. Siempre es luchar y luchar contra los poderes de la oscuridad, las tentaciones del mundo que le rodea y aún mayores peligros del pecado interior."

La vigilancia constante

Además de un arrepentimiento sincero y fe viva como el fundamento de la verdadera sinceridad, las personas que profesan la fe cristiana deben practicar una vigilancia constante para destruir todas las formas de corrupción.

"Si el mundo observa que tienen el mismo entusiasmo en la búsqueda de la riqueza y la ambición, el mismo sabor frívolo para la ostentación y la exposición, los mismos ánimos no controlados que se pueden ver en la mayor parte de la Humanidad - luego tratará con desprecio sus demandas de la superioridad de la santidad y su indiferencia a las cosas terrenas."


El cuidado con la incredulidad

Desafiando a los incrédulos, Wilberforce dice que la incredulidad "no es el resultado de un interrogatorio sobrio o opción deliberada. Más bien, es la lenta producción de una vida descuidada y anti-religiosa, y del trabajo con los prejuicios y conceptos erróneos acerca de importantes y fundamentales doctrinas del cristianismo."; advirte a los jóvenes que, después de una vida temprana en el Evangelio, se alejan poco a poco por abrir la protección a los viejos prejuicios mundanos contra el cristianismo, el resultado de la ignorancia.

Criticando el unitarismo de su tiempo (falsa doctrina que niega la existencia y toda la enseñanza bíblica sobre la divina Trinidad, Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo), el autor afirma que sus profesores se alejan de la espiritualidad y moral cristianas, caminando hacia el ateísmo.

"Maestros unitarianos de ninguna manera profesan liberar sus seguidores de la rigidez inflexible de la moral cristiana. Enfatizan la enorme importancia del amor de Dios, y buscan un constante espíritu de devoción. Sin embargo, no se sabe que tienen una mayor pureza de la vida o la espiritualidad que la Palabra de Dios nos recomienda. Este estado mental es una de las pruebas más eficaces para determinar si estamos experimentando el poder vital del cristianismo."

El testigo fiel

Nuestro autor señala que "dondequiera que miremos, vemos que la religión y la moral están disminuyendo en todas as partes"; en contra de todo esto, él llama a los cristianos verdaderos a tener "firmeza de propósito, acciones consistentes, y perserverancia en los esfuerzos (...) esforzad en todas las cosas para validar su profesión de fe y silenciar el sarcasmo de las objeciones fútiles y ignorantes. Afirmen audazmente la causa de Cristo en un momento que muchos que llevan el nombre de cristianos hacen envergonzados de Él"; y "oren continuamente por su país en este tiempo de dificultad nacional (...) creo que sus oraciones, sin embargo, pueden prevalecer." (I Timoteo 2:1 - 8).

Completando esta serie de estudios sobre el libro "El Verdadero Cristianismo", constatamos que las condiciones del cristianismo en la sociedad inglesa en fins del siglo XVIII no es muy diferente de la imagen que vemos hoy en el mundo; en lugar de un vibrante testimonio del Evangelio de Cristo, hay muchos cristianos nominales que descansan sobre una falsa sensación de seguridad, viven una vida indigna de Cristo, sin nada que permita distinguir del comportamiento mundano, enturbiando lo que debería ser una luz brillante en la oscuridad (Mateo 5:14 - 16); el cuerpo de doctrinas que forman parte del mensaje de Cristo es ignorado en las Iglesias, donde se predica un domingo tras otro extrañas doctrinas a la fe crstiana, manteniendo a la gente en la oscuridad de la ignorancia (II Timoteo 3:14 - 4:4).

Así que hoy, más que ayer, ha una necesidad urgente de los verdaderos cristianos a vivir una vida que honre y dignifique en todos los aspectos el nombre de Cristo y el mensaje del Evangelio; y que, en nuestras iglesias, sea rescatada la sana doctrina y que las personas no sean levadas de un lugar a otro por las olas y los vientos de la falsa doctrina (Efesios 4:11 - 16), que as apartarán del camino estrecho y en última instancia as conderán al infierno.

QUE DIOS NOS AYUDE!!!

(*) - WILBERFORCE, William "Cristianismo Verdadeiro"; Editora Palavra, 2006; traducción de Jorge Camargo (Brasil)

segunda-feira, 5 de dezembro de 2016

Cristianismo Verdadeiro - 7ª e última parte



por:
José Augusto de Oliveira Maia
01.12.2016




SÉRIE DE ESTUDOS SOBRE O LIVRO "CRISTIANISMO VERDADEIRO", DE WILLIAM WILBERFORCE (*)

CAPÍTULO VII - propostas práticas para um cristianismo verdadeiro

Evitar o autoengano

A corrupção da natureza humana pelo pecado, em um ato voluntário de rebelião contra Deus, leva o Homem a uma atitude egoísta, na qual desenvolve uma visão muito positiva de si mesmo, revelando a fraqueza de sua visão moral, e a tendência à autoindulgência com seus pecados, que se aprofunda à medida que o tempo passa.

Diante da onisciência de Deus, presente, passado e futuro estão sempre abertos; nossa condição de pecadores tende sempre a nos afastar de Deus, daí a necessidade de oração e de uma vigilância firme e constante (Mateus 26:41).

"Onde estão a inocência e a bondade do coração? Lembrem-se de que somos criaturas caídas, nascidas em pecado e naturalmente depravadas. O cristianismo não reconhece a inocência ou a bondade do coração, mas sim a remissão do pecado e os efeitos da operação da graça divina."

Aos jovens, a tentação dos prazeres desta vida presente é a grande pedra de tropeço, ao passo que aos mais velhos, pais e mães de família, a preocupação extremada com a segurança e bem estar material faz esquecer que "falta-lhe uma coisa" (Marcos 10:21); para uns e outros, porém, o afastamento de Deus condena-os ao inferno. 

"Para pessoas assim, a solene admoestação de Cristo é endereçada: 'Conheço as suas obras; você tem fama de estar vivo, mas está morto. Esteja atento! Fortaleça o que resta e que estava para morrer, pois não achei suas obras íntegras aos olhos do meu Deus.' (Apocalipse 3:1, 2). Qualquer um disposto a escutar esta advertência solene, que tenha despertado de seu sono de falsa segurança e esteja disposto a ser, não quase, mas totalmente um cristão - que não sufoque 'a obra do divino Espírito.' Que ele seja atraído dessa 'larga' e populosa 'estrada da destruição', para o caminho 'estreito' e pouco  habitado 'que leva à vida'. Que ele se retire do meio da multidão. Que entre em seu quarto e de joelhos medite e implore, em nome de Cristo, que Deus 'retire dele seu coração de pedra, e lhe dê um coração de carne'. Que ele ore para que o Pai das luzes abra seus olhos para a sua verdadeira condição, limpe seu coração das nuvens do preconceito e ponha para correr o instrumento enganoso do egoísmo".

"Esta é a solução que parece um paradoxo muito estranho para o Homem do mundo. À proporção que cresce em graça, um cristão também cresce em humildade. A humildade é, de fato, o princípio primeiro e último do cristianismo. A partir deste princípio, ele vive e se desenvolve. À medida que a humildade cresce ou declina, do mesmo modo o cristianismo deve florescer ou decair. A humildade, primeiro, predispõe o pecador a ter uma profunda atitude de renúncia, a fim de aceitar as ofertas do Evangelho. Durante todo o processo, estes são o fundamento e a base de seus sentimentos e conduta em relação a Deus, ao seu semelhante e a si mesmo. Quando, por fim, Deus o transportar para a sua glória, este princípio continuará a subsistir com força inabalável: ele 'se prostra diante do Cordeiro, adora aquele que vive para todo o sempre e lança sua coroa diante do trono e tributa a Ele louvor, honra, glória e poder, para todo o sempre.'" (Apocalipse 4:10; 5:13).

"Outro princípio do verdadeiro cristão é o de que ele reconhece que este mundo não é lugar de repouso. Aqui, no máximo, ele deve ser um peregrino e estrangeiro. Ele é um soldado cuja ventura só termina com a vida. Ele está sempre em luta e combate contra os poderes das trevas, as tentações do mundo ao seu redor e os perigos ainda maiores da pecaminosidade interior." 

A vigilância constante

Além do arrependimento sincero e da fé viva como fundamento da verdadeira sinceridade, as pessoas que professam a fé cristã devem praticar uma constante vigilância, necessária para destruir toda forma de corrupção.

"Se o mundo observa que elas possuem o mesmo entusiasmo na busca da riqueza e da ambição, o mesmo gosto fútil pela ostentação e pela exposição, os mesmos temperamentos descontrolados que podem ser vistos na maioria da Humanidade - ele então tratará com desprezo suas pretensões de superioridade em relação à santidade e sua indiferença para com as coisas terrenas."

O cuidado com a incredulidade

Desafiando os incrédulos, Wilberforce afirma que a incredulidade "não é o resultado de um questionamento sóbrio ou de preferência deliberada. Ao contrário, trata-se da produção vagarosa de uma vida descuidada e anti-religiosa, operando juntamente com preconceitos e concepções errôneas acerca das doutrinas principais e dos preceitos fundamentais do cristianismo."; alerta para os jovens que, após um início de vida no Evangelho, afastam-se gradualmente por abrirem a guarda aos velhos preconceitos mundanos contra o cristianismo, fruto da ignorância.

Criticando o Unitarismo de sua época (falsa doutrina que nega a existência e todo o ensino bíblico sobre a Trindade divina, Deus -Pai, Deus - Filho, Deus - Espírito Santo), o autor afirma que seus mestres afastam-se da espiritualidade e da moral cristãs, caminhando rumo ao ateísmo.

"Professores unitarianos de forma alguma professam libertar seus seguidores da rigidez inflexível da moralidade cristã. Eles enfatizam a importância predominante do amor de Deus, e buscam um espírito constante de devoção. Mas não são reconhecidos por possuírem uma pureza superior de vida, muio menos pela espiritualidade de mente que a Palavra de Deus nos recomenda. Esta situação mental é um dos testes mais eficazes para determinar se estamos experimentando o poder vital do cristianismo."

O testemunho fiel

Nosso autor constata que, "para onde quer que olhemos, observamos que a religião e os padrões morais estão declinando em toda a parte"; contra tudo isso, ele convoca os cristãos verdadeiros à "firmeza de propósito, a ações consistentes, e perseverança nos esforços (...) lutem em todas as coisas para validar a sua profissão de fé e silenciar o sarcasmo fútil das objeções ignorantes. Que eles afirmem ousadamente a causa de Cristo em uma época quando tantos que carregam o nome de cristão o fazem com vergonha Dele."; e "que eles orem continuamente por seu país neste tempo de dificuldade nacional (...) eu creio que suas orações ainda podem prevalecer." (I Timóteo 2:1 - 8). 


Concluindo esta série de estudos sobre o livro "Cristianismo Verdadeiro", constatamos que as condições do cristianismo na sociedade inglesa há 200 anos atrás não é muito diferente do quadro que vemos hoje espalhado pelo mundo; em lugar de um testemunho vibrante do Evangelho de Cristo, há muitos cristãos nominais que, descansando em uma falsa sensação de segurança, vivem de forma indigna de Cristo, sem nada que os distingua do padrão de comportamento mundano, enlameando o que deveria ser uma luz brilhante em meio às trevas (Mateus 5:14 - 16); o corpo de doutrinas que fazem parte da mensagem de Cristo é ignorado nas igrejas, onde se pregam domingo após domingo doutrinas estranhas à fé cristã, mantendo as pessoas nas trevas da ignorância (II Timóteo 3:14 - 4:4). 

Assim, hoje, ainda mais do que ontem, faz-se urgente que os verdadeiros cristãos vivam uma vida que, em todos os seus aspectos, honre e dignifique o nome de Cristo e a mensagem do Evangelho; e que, em nossas igrejas, seja resgatado o ensino da sã doutrina, para que as pessoas não sejam levadas de um lado para o outro por ondas e ventos de falsas doutrinas (Efésios 4:11 - 16), que as afastarão do Caminho Estreito, e terminarão por condená-las ao inferno. 

QUE DEUS NOS AJUDE!!!



(*) - WILBERFORCE, William "Cristianismo Verdadeiro"; Editora Palavra, 2006; tradução de Jorge Camargo



click no link abaixo (ou copie e cole no seu browser), e leia um trecho do livro "A Fé Cristã - sua história e seus ensinos"

http://www.clubedeautores.com.br/book/181552--A_FE_CRISTA?topic=escolabiblica#.WEVbLdUrLIU

quinta-feira, 24 de novembro de 2016

El verdadero cristianismo - parte 6



por:
José Augusto de Oliveira Maia
20.11.2016


SERIE DE ESTUDIOS SOBRE EL LIBRO "EL VERDADERO CRISTIANISMO", DE WILLIAM WILBERFORCE (*)

Capítulo VI - verificación de la situación actual del cristianismo


Si usted ha seguido esta serie de estudios hasta aquí, sabe que el británico William Wilberforce, escritor cristiano reformado cuyo libro "El Verdadero Cristianismo" estamos estudiando, vivió entre finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, más precisamente, desde 1.759 a 1.833; su libro fue escrito en 1.796, hablando de una serie de análisis del cristianismo de su tiempo, comparando el cristianismo nominal con la verdadera fe y práctica de la vida cristiana, y trata de despertar a los lectores a un compromisso efectivo con Cristo y una vida transformada, fruto del nuevo nacimiento.

Así que la verificación de que él tiene la intención de hacer en este sexto capítulo sobre la situación actual del cristianismo, se contexualiza en su tiempo; sin embargo, sus resultados son muy válidos para el cristianismo de hoy.

En su análisis, Wilberforce verifica que la presencia de la fe cristiana en la sociedad siempre elevó el nivel general de la moralidad; virtudes que antes eran raras se hicieron comunes; sin embargo, con el tiempo este efecto se notó también en cristianos y paganos, dada la incorporación por la sociedad de los valores morales presentes en el cristianismo; así que la verificación de la situación del cristianismo, que nuestro autor nos invita a hacer, no debe dejarse llevar por las apariencias externas.

Es decir, las buenas costumes aprobadas por la fe cristiana se han convertido, con el tiempo, comunes a paganos y cristianos; por tanto, la presencia de valores morales cristianos por sí solo no puede servir como punto de referencia de una fe cristiana madura en la sociedad.

En tiempos de persecución, el cristianismo prospera, ya que estas circunstancias no dan cabida a los cristianos tibios; por otro lado, en los tiempos de bonanza, el efecto contrario se produce. "Los soldados de la Iglesia militante tienden entonces a olvidar que están en guerra; su ardor afloja y su celo languidece."; citando a John Owen (teólogo, pastor e escritor ingles, 1.616 - 1.683), Wilberforce se refiere a una comparación entre una religión próspera y una colonia establecida en un país extranjero; sus características, comportamiento y lenguaje son absorbidos por los habitantes nativos, hasta que todos los rastros de su distinción han desaparecido.


La prosperidad del cristianismo en la sociedad, por regla general, afloja el celo por la fe en sus características más peculiares; los preceptos y principios cristianos ratificados por la ley común del país incorporanse en las costumbres de la sociedad, por lo que es aparentemente una sociedad cristiana; "Pero lo que es peculiar en lo cristianismo verdadero, y debe ser cultivado en el corazón, los cristianos nominales consideran cada vez menos hasta que sea completamente olvidado."; en particular, las doctrinas específicas de la fe cristiana, sin las cuales la misma no se caracteriza o distigue.

Wilberforce describe el declive del cristianismo en la sociedad inglésa a finales del siglo XVIII como consecuencia del abandono de la enseñanza doctrinal cristiana en las iglesias; la moral cristiana pasa a ser valorada sin su base doctrinal, llegando a ser absorbida por paganos y cristianos, como un fin em sí misma; la Inglaterra redució el cristianismo a un mero sistema ético; pero sin la base doctrinal de la moral cristiana, la naturaleza corrupta del Hombre tiende a abandonar a este último al gusto de sus interesses. Sin el Dios que determina el correcto y el incorrecto, el Hombre pasa a ser el definidor.

Lo que ocurrió en la Inglaterra en el tiempo de Wilberforce no era nuevo en la historia del cristianismo; ya en el momento de la expansión cristiana después del cuarto siglo, muchos pueblos paganos adheriran al cristianismo, absorbiendo sus costumbres, lenguaje, rituales y símbolos; sin embargo, lejo de ser una autêntica conversión, muchas de las costumbres y conceptos de estos pueblos paganos fueron preservados y enmascarados en una falsa religión cristiana, mientras que influían en la Iglesia, que poco a poco se ha apartado de las doctrinas de la gracia y desarrolló falsas doctrinas, apartando las personas del Evangelio que Jesucristo y sus apóstoles predicaron.

Del mismo modo, hoy en día muchas iglesias insitucionales se han alejado de la enseñanza de los conceptos básicos del Evangelio, enseñando doctrinas supuestamente basadas en la Biblia; las doctrinas cristianas fundamentales, incluyendo la corrupción general de la Humanidad por el pecado, la necesidad de la fe en Jesucristo como Salvador en la reconciliación del Hombre con Dios, la perseverancia en el camino a través de la obra del Espíritu Santo, son vagos o extraños entre los membros de iglesias que adoptando el nombre de "evangelica", enseñan creencias y prácticas inútiles para la salvación, o mismo absolutamente antagónicas al mensaje de Cristo; se hace cada vez más urgente de levantar los siervos de Dios para redimir a la enseñanza de las doctrinas distintamente evangélicas, y la manifestación de los hijos de Dios para creer e vivir el Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador!



(*) - WILBERFORCE, William "Cristianismo Verdadeiro"; Editora Palavra, 2006; traducción de Jorge Camargo (Brasil)

quinta-feira, 17 de novembro de 2016

Cristianismo Verdadeiro - 6ª parte


por:
José Augusto de Oliveira Maia
14.11.2016




SÉRIE DE ESTUDOS SOBRE O LIVRO "CRISTIANISMO VERDADEIRO", DE WILLIAM WILBERFORCE (*)

CAPÍTULO VI - verificando a situação atual do cristianismo


Se você acompanhou esta série de estudos até aqui, sabe que o britânico William Wilberforce, escritor cristão reformado, cujo livro "Cristianismo Verdadeiro" estamos estudando, viveu entre o final do século XVIII e início do século XIX, mais precisamente, de 1.759 a 1.833; seu livro foi escrito em 1.796, no qual tece uma série de análises sobre o cristianismo de seu tempo, contrapondo o cristianismo nominal com a verdadeira fé e prática da vida cristã, e busca despertar os leitores a um compromisso efetivo com Cristo, e a uma vida transformada, fruto do novo nascimento. 


Desta forma, a verificação que ele se propõe a fazer neste sexto capítulo sobre a situação atual do cristianismo, está contextualizada em sua época; no entanto, suas constatações são extremamente válidas para o cristianismo de nossos dias. 

Em sua análise, Wilberforce verifica que a presença da fé cristã na sociedade sempre elevou o padrão geral de moralidade; virtudes que anteriormente eram raras tornaram-se comuns; no entanto, com o passar do tempo, este efeito é notado igualmente nos cristãos e nos pagãos, dada a incorporação dos valores morais presentes no cristianismo pela sociedade; portanto, a verificação da situação do cristianismo a qual nosso autor nos convida não deve se deixar levar pelas aparências externas. 

Ou seja, padrões morais referendados pela fé cristã tornaram-se, com o tempo, comuns a pagãos e cristãos; assim, a presença de valores morais cristãos não pode servir sozinha como referencial de uma fé cristã madura no seio da sociedade. 

Em tempos de perseguição, o cristianismo floresce, uma vez que tais circunstâncias não abrem espaço para os cristãos mornos; por outro lado, em tempos de bonança, ocorre o efeito oposto; "Os soldados da Igreja militante têm então a tendência de esquecer que estão em guerra. Seu ardor afrouxa e seu zelo definha." pág. 125); citando John Owen (teólogo, escritor e pastor inglês, 1.616 - 1.683), Wilberforce refere-se a uma comparação sua entre a religião próspera e uma colônia estabelecida em um país estrangeiro. Ela passa a ser assimilada em suas características, comportamento e língua pelos habitantes nativos, até que todos os vestígios de sua distinção tenham desaparecido. 

A prosperidade do cristianismo na sociedade, via de regra, afrouxa o zelo pela fé em suas características mais peculiares; os preceitos e princípios cristãos ratificados pela lei comum do país incorporam-se aos costumes da sociedade, fazendo dela, aparentemente, uma sociedade cristã; "mas seja lá o que for ímpar no verdadeiro cristianismo e deva ser constantemente cultivado na mente, os cristãos nominais considerarão cada vez menos, até que seja totalmente esquecido." (pág, 127). Em especial, as doutrinas específicas da fé cristã, sem as quais a mesma não se caracteriza, nem se distinguem. 

Wilberforce descreve a decadência do cristianismo na sociedade inglesa em fins do século XVIII como fruto do abandono do ensino doutrinário cristão nas igrejas; a moral cristã passa a ser valorizada sem sua base doutrinária, passando a ser absorvida por todos, pagãos ou cristãos, como um fim em si mesma; a Inglaterra reduziu o cristianismo a um mero sistema ético; porém, sem a base doutrinária da moralidade cristã, a natureza corrompida do Homem tende a abandonar esta última ao sabor de seus interesses. Sem o Deus que determina o certo e o errado, essa determinação passa a ser do próprio Homem.

O que ocorria na Inglaterra no tempo de Wilberforce não era uma novidade na História do Cristianismo; já no tempo da expansão cristã após o século IV, muitos povos pagãos aderiram ao cristianismo, absorvendo seus costumes, linguajar, ritos e símbolos; porém, longe de uma genuína conversão, muitos dos costumes e conceitos destes povos pagãos foram preservados e mascarados em uma falsa religião cristã, ao mesmo tempo em que influenciavam a Igreja, que gradualmente afastava-se das doutrinas da Graça e desenvolvia falsas doutrinas, afastando as pessoas do Evangelho deixado por Jesus Cristo e pregado pelos apóstolos.

Da mesma maneira, em nossos dias muitas igrejas institucionais têm se afastado do ensino dos fundamentos do Evangelho, ensinando doutrinas supostamente baseadas na Bíblia; as doutrinas cristãs fundamentais, entre elas a corrupção geral da Humanidade pelo pecado, a necessidade da fé em Jesus Cristo como Salvador na reconciliação do Homem com Deus, a perseverança no Caminho graças à atuação do Espírito Santo, são vagas ou estranhas entre os membros dessas igrejas, que adotando o nome de "evangélicas", ensinam crenças e práticas inúteis à salvação, ou mesmo absolutamente antagônicas à mensagem de Cristo; torna-se cada vez mais urgente o levantar de servos de Deus que resgatem o ensino das doutrinas distintamente evangélicas, e a manifestação dos filhos de Deus que creiam e vivam o Evangelho de Jesus Cristo, Filho de Deus, Salvador!

(*) - WILBERFORCE, William "Cristianismo Verdadeiro"; Editora Palavra, 2006; tradução de Jorge Camargo

click no link abaixo (ou copie e cole no seu browser), e leia um trecho do livro "A Fé Cristã - sua história e seus ensinos"

http://www.clubedeautores.com.br/book/181552--A_FE_CRISTA#.WC2bNdUrLIU





segunda-feira, 7 de novembro de 2016

El verdadero cristianismo - parte 5


por:
José Augusto de Oliveira Maia
04.11.2016


SERIE DE ESTUDIOS SOBRE EL LIBRO "EL VERDADERO CRISTIANISMO", DE WILLIAM WILBERFORCE (*)

CAPÍTULO V - la excelencia del verdadero cristianismo

En este quinto capítulo, Wilberforce habla de la excelencia de la verdadera fe cristiana, llegando a la conclusión de que la consistencia interna de sus principios fundamentales, y el vínculo indisoluble que existe entre el ensino y la práctica de la vida cristiana, es un signo innegable de la excelencia de la mensaje de Evangelio predicado y vivido por los verdaderos cristianos.

Las principales doctrinas cristianas - la corrupción generalizada de la naturaleza humana, la necesidad de Cristo para la reconciliación de la Humanidad caída con Dios, y la santificación de la persona nacida de nuevo por la obra del Espíritu Santo - son perfectamente armoniosas y de forma individual consistentes con los preceptos prácticos de la vida cristiana genuina.

Por su parte, los preceptos prácticos de la fe cristiana - el temor y el amor a Dios y a Jesucristo; el amor, la bondad y la sumisión a sus semejantes; indiferencia a los valores materiales de la vida; y la abnegación y humildad - también son absolutamente armoniosos entre sí.


En contrario esto, los valores del cristianos nominales colocan sus seguidores uno contra el otro, a través del orgullo, la arrogancia, la codicia y el deseo de honor mundano; a estos conflitos el cristianismo nominal se limita a aplicar un barniz de cortesía y gentileza, que "no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne." (Colossenses 2:23).

Pero el verdadero cristianismo no está satisfecho con la simples producción de una apariencia de virtud. Él busca la sustancia real, que resista el escrutinio del ojo de Dios, que conoce nuestros corazones (Salmo 139:23, 24).

La verdadera fe cristiana condena la envidia, la codicia por la vida material, y aprecia mucho una vida de virtud apartada del pecado, tanto público como oculto; la verdadera sabiduría, la que viene de lo alto, es marcada por la humildad, la pureza, la paz, la misericordia, la imparcialidad y la sinceridad, al tiempo que rechaza la envidia y la ambición, donde vienen toda controversia y falta de paz (Hebreos 12:14; Santiago 3:13 - 18)!

La graça de Dios manifestada en Cristo, y proclamada a los cuatro rincones del mundo por el mensaje del Evangelio, y la enseñanza de la doctrina cristiana, conduce el Hombre cambiado y transformado por ella a una vida de santidad, atando sin lugar a dudas, el creer y el practicar.

(*) - WILBERFORCE, William "Cristianismo Verdadeiro"; Editora Palavra, 2006; traducción de Jorge Camargo (Brasil)

segunda-feira, 31 de outubro de 2016

Cristianismo Verdadeiro - 5ª Parte



por:
José Augusto de Oliveira Maia
31/10/2016


SÉRIE DE ESTUDOS SOBRE O LIVRO "CRISTIANISMO VERDADEIRO", DE WILLIAM WILBERFORCE (*)

CAPÍTULO V - a excelência do verdadeiro cristianismo

Neste quinto capítulo, Wilberforce discorre sobre a excelência da fé cristã genuína, concluindo que na coerência interna entre suas principais doutrinas, e no vínculo indissolúvel entre o ensino e a prática da vida cristã, está um sinal inegável da excelência da mensagem do Evangelho pregada e vivida pelos verdadeiros cristãos. 

As principais doutrinas cristãs - a corrupção generalizada da natureza humana, a necessidade de Cristo para a reconciliação da Humanidade caída com Deus, e a santificação da vida do cristão novamente nascido pela atuação do Espírito Santo - são perfeitamente harmoniosas entre si, e individualmente coerentes com os preceitos práticos da vida cristã genuína.

Por seu lado, os preceitos práticos da fé cristã - o temor e o amor a Deus e a Cristo; o amor, a bondade e a submissão para com os semelhantes; a indiferença aos valores materiais da vida, em atenção aos valores da eternidade; e a autonegação e humildade - são também absolutamente harmoniosos entre si.

Ao contrário disto, os valores do cristianismo nominal colocam seus seguidores uns contra os outros, através do orgulho, da soberba, da ganância e pelo desejo da honra mundana; a estes conflitos o cristianismo nominal meramente aplica um verniz de polidez e suavidade, que "não têm valor algum para refrear os impulsos da carne." (Colossenses 2:23).

"Mas o verdadeiro cristianismo não se satisfaz com a produção pura e simples de um disfarce de virtude. Ele busca a substância real, a qual resistirá ao escrutínio dos olhos de Deus, 'que sonda o coração'." (pág. 119)

A fé cristã genuína condena a inveja, a ambição pela vida material, e valoriza muito mais uma vida de virtude longe do pecado, tanto público quanto oculto, do que aquela alicerçada em conquistas intelectuais; a verdadeira sabedoria, aquela que vem do alto, é marcada pela humildade, pela pureza, paz, misericórdia, imparcialidade e sinceridade, enquanto rejeita a inveja e a ambição, de onde vêm toda a disputa e falta de paz! (Tiago 3:13 - 18; Hebreus 12:14).

A Graça de Deus manifesta em Cristo, e apregoada nos quatro cantos do mundo pela mensagem do Evangelho, e pelo ensino das doutrinas cristãs, conduz o Homem tocado e transformado por ela a uma vida de santidade, atrelando, sem espaço para a dúvida, o crer ao praticar.

(*) - WILBERFORCE, William "Cristianismo Verdadeiro"; Editora Palavra, 2006; tradução de Jorge Camargo

click no link abaixo (ou copie e cole no seu browser), e leia um trecho do livro "A Fé Cristã - sua história e seus ensinos"

http://www.clubedeautores.com.br/book/181552--A_FE_CRISTA?topic=escolabiblica#.WBd87NUrLIU




quinta-feira, 29 de setembro de 2016

El verdadero cristianismo - parte 4


por:
José Augusto de Oliveira Maia
30/09/2016




SERIE DE ESTUDIOS SOBRE EL LIBRO "EL VERDADERO CRISTIANISMO", DE WILLIAM WILBERFORCE (*)

CAPÍTULO IV - conceptos inadecuados sobre la naturaleza y la disciplina del cristianismo práctico

En este cuarto capítulo, nuestro autor muestra que la vida de los cristianos nominales no difiere mucho de la vida de los que profesan otras religiones, o adoptan filosofías diferentes del cristianismo, como el islam o el ateísmo.

Si (como es la opinión de muchos) es suficiente la moralidad social para ser un cristiano, entonces los principios y las doctrinas del cristianismo son prescindibles para su práctica; es decir, si la persona tiene una vida moral recomendada, su conocimiento y su fe en las doctrinas cristianas no serían un requisito.

Sin embargo, Wilberforce pregunta: "¿Es para esto, entonces, que el Hijo de Dios despojó a sí mismo cuando accedió a ser nuestro instructor y modelo? ¿Es este el ejemplo que nos dejó para seguirlo paso a paso? ¿Fue por esto que los apóstoles de Cristo se sometieron voluntariamente al hambre y la desnudez, el dolor, la desgracia y la muerte cuando su Maestor advirtió de antemano que esto sería su tratamiento?".

Así que se trata en este cuarto capítulo de los siguientes temas:

A) La disciplina del cristianismo tal como se presenta en la Escritura

B) Las nociones prácticas del cristianismo comunes entre las personas

C) El deseo de admiración y aplauso humanos

D) Falso reemplazo de la fe cristiana por medio de gestos de amistad y negocios

E) Otros defectos en la práctica de los cristianos nominales

A) LA DISCIPLINA DEL CRISTIANISMO TAL COMO SE PRESENTA EN LA ESCRITURA

Las admoniciones bíblicas non son superficiales, y los cristianos que tienem la Biblia como regla de fe no estan satisfechos con los pequeños logros del punto de vista moral; "Y cualquiera que tiene esta esperanza en él, se purifica, com él también es limpio." (I Juan 3:3); fuimos llamados a una herencia divina, (I Pedro 1:4), para ser templo de Dios (I Coríntios 3:16).

Después de haber confiado en Cristo como su Redentor, cristianos renuncian a cualquier otros maestros, y son aceptados portanto, solamente los criterios de Jesucristo como un parámetro a la vida, no menos; "¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, (el cual está) en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?" (I Coríntios 6:19).

Por lo tanto podemos decir que la fe cristiana es:

i) llevar cautivo todo lo pensamiento a la obediencia del Cristo (II Coríntios 10:5)

ii) hacer todo solamente para la gloria de Dios (I Coríntios 10:31)

iii) no dependermos de nosotros mismos, sino de la verdadera fuerza que viene de Dios (Isaías 40:31)

iv) no vivir para nosotros mismos, sino para aquel que murió por nosotros y resucitó (II Coríntios 5:15)

Teniendo en cuenta el pasaje del Deuteronomio 6:5, "Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todo tu poder", llegmos a la conclusión de que "es un error imaginar que Dios sólo condena el rechazo total de Él. Dios no aceptará un afecto divivido." Así, Dios exige nuestro amor exclusivo. "La Escritura ve la idolatría como un crimen contra lo que Dios expressa su más alto resentimiento y anuncia su castigo más severo. Pero la idolatría no es tanto lo inclinarse ante ídolos como para rendir homenaje a ellos, pero también consiste de tener por el ídolo cualquier supermo amor, reverencia y gratitud que Dios ha reservado para sí mismo como un privilegio exclusivo. A partir del mismo principio, cualquier cosa que distancia nuestros corazones de Dios, monopolizando nuestra atención en primer lugar, y ocupar el lugar principal de nuestro respeto y nuestro afecto, esto es un ídolo para nosotros como una imagen de madera o piedra delante de la cual nos inclinamos a adorar. Por lo tanto, la Biblia en repetidas ocasiones llamó la sensualidad y la avaricia de idolatría.".

B) LAS NOCIONES COMUNES DEL CRISTIANISMO PRÁCTICO ENTRE LAS PERSONAS

Diferente de la práctica cristiana bíblica, que subordina todos los aspectos de la vida humana a Cristo, el cristianismo nominal se limita a sólo una parte da la vida de las personas, mientras que otros aspectos quedan libres de la obediencia a la Palabra de Dios; por lo tanto, el falso cristianismo del tiempo de Wilberforce y de hoy enseña:

i) cumplida la obligación de pagar el diezmo a la Iglesia, puedo hacer del resto de mi vida el que yo quiero

ii) sin exceder ciertos límites del pecado, el falso cristianismo es contento de vivir en la frontera entre la vida de santitad y la vida de pecado

iii) en lugar de vivir para la gloria de Dios en todo lo que hace, el cristianismo nominal se dedica a disfrutar la vida con riquezas materiales mucho más allá de lo necesario


Cualesquiera que sean los gobernantes de nuestra vida, ninguno de ellos puede tomar el lugar de Dios; si es así, "vamos a recibir nuestro castigo como rebeldes en el día del juício, cuando las falsas colores desaparecerón; entonces, 'lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios será abominación.' (Lucas 16:15).".

"Considere a nuestros hijos. Hay que pensar más profundamente sobre su felicidad y enseñar a seguir caminos correctos. Pero en este caso, que podemos discernir claramente nuestras verdaderas normas, lo poco que reflexionemos sobre el hecho de que nuestros hijos son seres inmortales! La salud, el aprendizaje, el crédito, cualidades cordiales y agradables, sobre todo, el dinero y el éxito en la vida - tomamos bastante en serio. Pero, es realmente mínima la preocupación demostrada por sus intereses eternos!" Pero "es parte de un verdadero carácter cristiano que 'vivimos por fe, y no por vista.' (II Coríntios 5:7) (...) Esto también significa que las grandes verdades reveladas en la Escritura sobre el mundo invisible tienen énfasis constante en sus mentes y en sus corazones." (I Coríntios 7:29 - 31; II Coríntios 4:18).

Por otra parte, "el verdadero cristiano anda en los caminos de la religión no por fuerza, sin voluntariamente. Ellos son para él no sólo seguro, mas agradables (Provérbios 3:17). No es que él no es consciente de la necesidad de una vigilancia constante, pues sin éstos, la su vieja visión de las cosas volverá, y curiosidades de sus pasiones ejercerón su influencia.".

C) EL DESEO DE ADMIRACIÓN Y APLAUSO HUMANOS

Por consiguiente:

i) todo que el hombre pone por encima de Dios en su vida es la idolatría, y será condenado y destruido por Dios
ii) quien busca su propia gloria sacrificará cualquier cosa para conseguirlo, incluso el más caro de los principios del Evangelho

iii) las normas y los valores del mundo se oponen a Dios por causa del pecado; así que lo que el mundo aplaude es una abominación a los ojos de Dios

"Se podría decir que el gran objetivo y el fin de toda la revelación, y sobre todo el objetivo del Evangelio es para rescatarmos de nuestro orgullo y del egoísmo natural, con sus consequencias fatales. Así, su propósito es dar para nosotros una visión justa y equilibrada de nuestra debilidad y depravación. Esto se traduce en nuestra verdadera humildad con la que nos humillamos y damos gloria a Dios, 'para que ninguna carne se jacte en su presencia; el que se gloría, gloríese en el Señor.'." (I Coríntios 1:29, 31).

"Las Escrituras nos enseñan que la Humanidad esta sujeta a error, y así comete errores en sus recomendaciones; pero eso no es todo; también nos recuerdan que su juicio se nubla y su corazón es depravado, y así, su aplauso y su desprecio, con mayor frequencia, son sistematicamente mal dirigidos." (II Coríntios 4:4); las personas que no han nacido de nuevo en Cristo "son muy poco conscientes de como el louvor mundano mantiene la pasión unida a las cosas terrenas y el corazón lejo de Dios.".

"El llamamiento santo del cristiano lo lleva a la victoria sobre el mundo. Esta victoria requiere una indiferencia esencial y indispensable para su desprecio. Se refleja en los hombres que 'enfrentaron burla y flagelación.'." (Hebreos 11:36).

D) EL FALSO REEMPLAZO DE LA FE CRISTIANA POR MEDIO DE GESTOS DE AMISTAD Y NEGOCIOS

Con respecto a esta substitución, me refiero a aquellos que piensan que pueden reemplazar el amor supremo y el temor a Dios por cualidades útiles y amables de la vida, como la compasión, la bondad y el perdón; de hecho, por más popular y aceptables que sean, esas cualidades no tienen poder para restringir los comportamientos privados que enfrentan la santidad de Dios; muchos de nosotros, sin la máscara de bondad y dulzura, estarían expuestos en nuestro orgullo y malevolencia.

"Esta buena voluntad débil, que no tiene sus raíces en la religión verdadera, tiene un carácter efímero y débil. Carece de el temperamento fuerte y vigoroso que se requiere para sobrevivir a los choques violentos que este mundo siempre nos expone. Sólo el amor cristiano tiene el carácter de ser 'sufrido y amable', que 'no es injurioso, no busca lo suyo', y que 'todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.'." (I Coríntios 13:4, 5 y 7).

"En todas las partes de las Escrituras somos llamados a dulzura y compasión, diligente y útiles; es característica de la 'sabiduria de lo alto' ser pacífica, amable, dócil, llena de misericordia y buenos frutos.' (Santiago 3:17); si usted es consciente de ser naturalmente grosero y austero; si las decepciones lo dejaran amargado, y la prosperdad le llenó del orgullo, no se desespere; recuerde, las Escrituras prometen la acción divina de quitar el corazón de piedra y dar un corazón de carne (Ezequiel 11:19); orad, pues, fervorosa y constantemente por la bendita ayuda de la gracia divina, que puede operar con eficacia en su favor.".

E) OTROS DEFECTOS EN LA PRÁCTICA DE LOS CRISTIANOS NOMINALES

Cristianos nominales también incurren en el error de condenar el mal y el pecado en las classes economicamente en desvantaje, mientras están al servicio de los mismos pecado entre la élite social; "Pero la Palabra de Dios evalúa las acciones de un estándar mucho menos condescendiente. En ela, no lemos acerca de pecados pequeños. En el sermón de la montaña, no hay distinción entre los pecados de los ricos y los pecados de los pobres. No hay referencias a una escala moral de las classes altas y una para los más bajos de la sociedad. La idolatría, la fornicación, la lujuria, la embriaguez, orgias, pasiones desenfreadas - el apóstol classifica todos ellos junto al robo y asesinato, y declara que 'los que hacen tales cosas no heredarán el Reino de Dios.'." (Gálatas 5:19 - 21).

"La verdad es que no recordamos lo suficiente del tono exaltado de la moral bíblica. Así que probablemente nos valoramos, con referencia a nuestros propios parámetros. Un mejor nivel de conocimiento de las Escrituras mostraría como estamos lejos de él. Así, para especificar la más difícil de las tareas - perdón y amor a los enemigos - nuestro Salvador apunta la imitación de el su ejemplo en contraste con nuestros estándares de benevolencia, 'sean perfectos así como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.'." (Mateus 5:48).

Los cristianos nominales descuidan de las principales doctrinas de la fe cristiana: la corrupción de la naturaleza humana, la expiación del Salvador y la influencia santificadora del Espíritu Santo; mismo conscientes del pecado y de la necesidad de una reforma espiritual, no son conscientes de la gravedad de la corrupción humana y el remedio para este mal; anhelan por una reforma en sus vidas, pero desprecian la forma indicada por las Escrituras; cuando caen, caen en la desesperación.
"Pero las Sagradas Escrituras los llaman a empezar de nuevo y establecer una nueva base para su fe religiosa. Ellos deben inclinarse ante la cruz de Cristo con humilde penitencia y profundo sentimiento de pesar. Gravemente deben decidir abandonar sus pecados y confiar sólo na gracia de Dios para recibir el poder para mantener su decisión. (...) el verdadero cristiano sabe, así, que su santidad no precede a su reconciliación con Dios, siendo su verdadera causa. Pero tiene que seguirlo, y ser el su efecto. En pocas palabras, es sólo por la fe en Cristo, con arrepentimiento del pecado. (...) por lo que no se debe olvidar que la principal distinción entre el verdadero cristianismo y el sistema de los grupos de cristianos nominales consiste en el lugar diferenciado que se da al Evangelio. Para estos últimos, las verdades del Evangelio son como las estrellas que se encienden con un brillo sin pretensiones. Pero para el verdadero cristiano estos principios fundamentales constituyen en el que gravita, com el sol de su sistema, y la fuente de su luz, calor y vida."

(*) - WILBERFORCE, William "Cristianismo Verdadeiro"; Editora Palavra, 2006; traducción de Jorge Camargo (Brasil)

segunda-feira, 12 de setembro de 2016

Acerca de la blasfemia contra el Espíritu Santo


por:
José Augusto de Oliveira Maia
12.09.2016


INTRODUCCIÓN

El propósito de este trabajo es estudiar la cuestión de la blasfemia contra el Espíritu Santo, como tratada por Jesús en Mateo 12:22 - 37. La versión usada del texto bíblico es la Sagradas Escrituras.

EL CONTEXTO

El texto de la narración comienza con un endemoniado ciego y mudo, que llevado a Jesús, es liberado de la posesión demoníaca, recuperando la capacidad de ver y hablar (v. 22); este hecho motiva comentarios entre la gente, que preguntava: "¿No es este el Hijo de David?" (v. 23); es decir, la gente empezó a preguntarse si Jesús no era el Mesías prometido en el Antiguo Testamento (A. T.).

COMO JESÚS TRATA EL TEMA

Graças a su omnisciencia, conociendo los pensamientos de los fariseos, Jesús comienza a exponer el engaño de la afirmación de los fariseos: "Todo reino dividido contra sí mismo, es desolado; y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá. Y si Satanás echa fuera Satanás, contra sí mismo está dividido; ¿cómo, pues, permanecerá su reino?" (v. 25, 26); por medio del razonamiento lógico puro, Jesús demuestra que la exposición de los fariseos no se sostiene; en otras palabras, Satanás no puede esperar tener éxito si ace la guerra contra sí mismo; por lo tanto, no puede ser por Beelzebú que Jesús echó fuera los demonios.

Revertiendo la declaración de los fariseos contra ellos, Jesús continua: "Y si yo por Beelzebú echo fuera los demonios, ¿vuestros hijos por quién los echan? Por tanto, ellos serán vuestros jueces." (v. 27); la acusación de los fariseos se vuelve contra exorcismos practicados por sus própios hijos (o discípulos, como la nota al pie de la Nueva Versión Internacional - NVI), y por tanto ellos mismos se colocan en una situación muy vulnerable.

Jesús continúa: "Y si por el Espíritu de Dios yo echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el Reino de Dios. Porque, ¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear suas alhajas sin primero no prendiere al hombre fuerte; y entonces saquerá su casa?" (v. 28, 29); ya que no es por Beelzebú que Jesús echó fuera los demonios, entonces la alternativa es por el Espíritu de Dios, y por tanto, el Reino de Dios está presente.

Jesús continúa: "El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no coge, derrama. Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no será perdonada a los hombres. Y cualquier que hablare contra el Hijo del hombre, le será perdonado; mas cualquier que hablare contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo, ni en el venidero. O haced el árbol bueno, y su fruto bueno, o haced el árbol podrido, y su fruto podrido; porque por el fruto es conocido el árbol. Generación de víboras, ¿cómo podéis hablar bien, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca. El hombre bueno del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo del mal tesoro saca malas cosas. Mas yo os digo, que toda palabra ociosa que hablaren los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio; porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado." (v. 30 - 37).

La queja de los fariseos se presentó realmente contra el Espíritu Santo y el trabajo que realiza en el ministerio de Jesús; la respuesta de Jesús acerca de la blasfemia contra el Espíritu Santo desenmascara los fariseos, para demostrar que sus actitudes eran originarias de un mal corazón, y sus palabras los condenarian nel día del juicio.

No hay una posición de neutralidad entre el Reino de Dios y las obras de Satanás; estar contra uno es estar junto con otro; en las palabras de R. V. G. Tasker, "tratar de evitar que los hombres e las mujeres aceptan a Jesús como su Rey, como los fariseos trataron de hacer, es desintegrar y dispersar los que de otro modo serían 'hijos del reino', que gozan del dominio de este reino en sus corazones - y este es el principal objetivo del diablo" (1).

Los fariseos blasfemaran contra el Espíritu Santo para acusar a la obra que Jesús estaba realizando de tener origen demoníaca, a pesar del notorio milagro que habían presenciado; como lo demuestra el argumento lógico inicial de Jesús, su acusación no era cierta, y no tenía sentido; inmediatamente después de esto, Jesús les acusa de tener un corazón malo, apartado de Dios, tratando de asignar las obras de Jesús al demonio, para que las personas no creían en el.

Lo que caracteriza a una blasfemia contra el Espíritu Santo "es el rechazo deliberado y consciente de la actividad de Dios, y la asignación de esta actividad al diablo. (...) Es la naturaleza consciente, deliberada y arrogante de esto pecado que hace que sea inexcusable (...) Por la propia definición, ninguna persona que se preocupa de pensar cometer este pecado podría ter pecado de esta manera; para este mismo pecado se anula una consciencia perturbada."(2).

Es decir, el corazón que efectivamente se ha cometido el pecado de blasfemia contra el Espíritu Santo no puede ser molestado por el mismo Espíritu en busca de arrepentimiento; aquello que sinceramente se animó al arrepentimiento y la renovación de su vida espiritual por el Espíritu Santo, en la subordinación a la Palabra de Diós, no tiene por qué preocuparse por la posibilidad de haber blasfemado contra el Espíritu Santo, o de estar lejos de la Gracia de Dios.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

(1) - TASKER, R. V. G. "Mateo - Introducción y revisión" - Traducción Odayr Olivetti - Ed Nueva Vida  (Brasil) - 1ª edición., 1980; Reimpresión, 2011 - Páginas 101-103

(2) - ELLWEL, A. "Enciclopedia histórico-teológica de la Iglesia cristiana" Walter - Traducción de Gordon Chown - Ed. Nueva Vida (Brasil) - 1ª edición, reimpreso en uno volumen, 2009 - Volumen 1, pág. 164 y 232

quinta-feira, 25 de agosto de 2016

Cristianismo Verdadeiro - 4ª parte


por:
José Augusto de Oliveira Maia
25.08.2016



SÉRIE DE ESTUDOS SOBRE O LIVRO "CRISTIANISMO VERDADEIRO", DE WILLIAM WILBERFORCE (*)

CAPÍTULO IV - conceitos inadequados acerca da natureza e da disciplina do cristianismo prático

Neste quarto capítulo, nosso autor demonstra que a vida dos cristãos nominais pouco difere daquela dos que professam outros credos ou adotam filosofias distintas do cristianismo, como o islamismo ou o ateísmo.

Se (como é o entender de muitos) basta a moralidade social para ser um cristão, então os princípios e doutrinas do cristianismo são dispensáveis à sua prática; isto é, se a pessoa tem uma vida moralmente recomendável, sua fé nas doutrinas cristãs e seu conhecimento sobre elas não seriam uma exigência.

No entanto, Wilberforce questiona: "É para isto então que o Filho de Deus tonou-se a Si mesmo sem reputação quando aceitou ser nosso instrutor e modelo? É este o exemplo que Ele nos deixou a fim de que pudéssemos seguir pisando em suas pegadas? Foi para isto que os apóstolos de Cristo voluntariamente se submeteram à fome e à nudez, à dor e à desgraça, sim, e até mesmo à morte quando advertidos de antemão por seu Mestre que este seria o seu tratamento?" (pág. 66).

Assim, ele trata neste quarto capítulo dos seguintes temas:

A) A disciplina do cristianismo conforme apresentada nas Escrituras

B) As noções de cristianismo prático comuns entre as pessoas

C) O desejo pela admiração e aplauso humanos

D) A falsa substituição da fé cristã por gestos simpáticos e negócios

E) Outros defeitos na prática dos cristãos nominais

A) A DISCIPLINA DO CRISTIANISMO CONFORME APRESENTADA NAS ESCRITURAS

As admoestações bíblicas não são superficiais, e os cristãos que têm na Bíblia sua regra de fé não se satisfazem com pequenas realizações do ponto de vista moral; "Todo aquele que nele tem esta esperança purifica-se a si mesmo, assim como ele é puro." (I João 3:3); fomos chamados para uma herança divina (I Pedro 1:4), para sermos santuário de Deus (I Coríntios 3:16).

Tendo confiado em Cristo como seu Redentor, os cristãos renunciam a quaisquer outros mestres, e portanto, só os critérios de Jesus Cristo quanto à vida são aceitos como parâmetro, e não menos; "Acaso não sabem que o corpo de vocês é santuário do Espírito Santo, que lhes foi dado por Deus, e que vocês não são mais de si mesmos?" (I Coríntios 6:19).

Portanto, podemos dizer que a fé cristã consiste em:

i) levar todo pensamento cativo à obediência a Cristo (II Coríntios 10:5)

ii) fazer tudo para a glória de Deus (I Coríntios 10:31)

iii) não nos apoiarmos em nós mesmos, mas na força real que vem de Deus (Isaías 40:31)

iv) não vivermos mais para nós mesmos, mas para aquele que por nós morreu e ressuscitou (II Coríntios 5:15)

Considerando a passagem de Deuteronômio 6:5, "Ame o Senhor, o seu Deus, de todo o seu coração, de toda a sua alma, e de todas as suas forças", concluímos que "trata-se de um engano imaginar que Deus só condena uma rejeição total a Ele. Deus também não aceitará uma afeição dividida." (pág. 72). Assim, Deus exige nosso amor exclusivo. "As Escrituras veem a idolatria, então, como um crime contra o qual Deus expressa Seu mais alto ressentimento e anuncia Sua mais severa punição. Mas não nos enganemos. A idolatria não consiste tanto em se curvar a ídolos quanto em prestar homenagem de coração a eles. Ela consiste de sentir-se para com o ídolo qualquer supremo amor, reverência, ou gratidão, os quais Deus reservou para si como privilégio exclusivo. Partindo-se do mesmo princípio, qualquer coisa que afaste o nosso coração dele, monopolize nossa atenção primeira e ocupe o lugar principal de nosso respeito e nossas afeições - este é tanto um ídolo para nós quanto uma imagem de madeira e pedra diante da qual nos prostramos e adoramos. A Bíblia ordena ao servo de Deus que não estabeleça seu ídolo em seu coração. Ela, portanto, repetidamente denomina a sensualidade e a cobiça de idolatria." (pág. 72).

B) AS NOÇÕES DE CRISTIANISMO PRÁTICO COMUNS ENTRE AS PESSOAS

Ao contrário da prática cristã bíblica, que subordina todos os aspectos da vida humana a Cristo, o cristianismo nominal é restrito a uma parte apenas da vida da pessoa, ficando os demais aspectos livres da obediência à Palavra de Deus; assim, o falso cristianismo dos dias de Wilberforce e dos nossos dias ensina:

i) satisfeita a obrigação de pagar meu dízimo a Igreja, posso fazer do restante de minha vida o que eu bem entender

ii) não ultrapassando certos limites do pecado, o falso cristão contenta-se em viver na fronteira entre a vida de santidade e a vida pecaminosa

iii) em lugar de viver para a glória de Deus em tudo o que faz, o cristão nominal dedica-se com ardor ao provimento material da vida muito além do necessário, além da busca pelo seu prazer

Sejam quais forem os dominadores de nossa vida, nenhum deles pode tomar o lugar de Deus; se assim for, "devemos nos preparar para receber nossa punição como rebeldes naquele dia tremendo, quando as falsas cores desaparecerão. E então, 'aquilo que tem muito valor entre os Homens será detestável aos olhos de Deus.' " (Lucas 16:15) (pág. 80).

"Considerem as nossas crianças. Devemos pensar com mais profundidade acerca de sua felicidade e cuidar para que sigam caminhos corretos. Mas neste caso, onde podemos discernir com toda a clareza nossos verdadeiros padrões, como refletimos pouco sobre o fato de que nossas crianças são seres imortais! Saúde, aprendizado, crédito, as qualidades cordiais e agradáveis, acima de tudo dinheiro e sucesso na vida - levamos bastante a sério. Mas que preocupação mínima verdadeiramente demonstramos por seus interesses eternos!" (págs. 80, 81).  Mas, "faz parte da realidade do caráter de um verdadeiro cristão que 'vivemos por fé e não pelo que vemos' (II Coríntios 5:7) (...) Isto também significa que as grandes verdades reveladas nas Escrituras acerca do mundo invisível têm lugar de destaque constante em suas mentes e em seus corações." (I Coríntios 7:29 - 31; II Coríntios 4:18) (págs. 82, 83).

Além disso, "o cristão verdadeiro anda nos caminhos da religião não por constrangimento, mas com disposição. Eles são para ele não somente seguros, mas 'agradáveis' (Provérbios 3:17). Não que ele desconheça a necessidade de apoio constante em vigilância contínua. Pois sem estes, sua velha visão das coisas retornará, e os antigos objetos de suas paixões exercerão sua influência." (pág. 84).

C) O DESEJO PELA ADMIRAÇÃO E APLAUSO HUMANOS

Em consequência disso:

i) qualquer coisa que o Homem coloque acima de Deus em sua vida é idolatria, e será condenado e destruído por Deus

ii) aquele que busca sua própria glória sacrificará qualquer coisa para obtê-la, ainda os princípios mais caros ao Evangelho

iii) os padrões e valores mundanos são opostos a Deus, por causa do pecado; portanto, aquilo que o mundo aplaude é abominação aos olhos de Deus

"Poder-se-ia dizer que o grande alvo e propósito de toda a revelação, e especialmente o objetivo do Evangelho, é o de nos resgatar de nosso orgulho e egoísmo naturais com suas consequências fatais. Seu propósito, portanto, é o de nos dar uma ideia justa e equilibrada de nossa fraqueza e depravação. Isto resulta em nossa humildade não fingida, com a qual deixamos a nós mesmos de lado e damos glória a Deus, 'para que ninguém se vanglorie diante dele. Aquele que se gloria, glorie-se no Senhor." (I Coríntios 1:29, 31) (pág. 87). 

"As Escrituras nos ensinam que a Humanidade está sujeita ao erro, e, portanto, o mundo comete erros em suas recomendações. Isso não é tudo. Elas também nos lembram que seu julgamento é obscurecido e seu coração depravado: daí seus aplausos e seu desprezo, na maioria das vezes, serem sistematicamente mal direcionados." (II Coríntios 4:4) (pág. 88). Pessoas que não nasceram de novo em Cristo "estão muito pouco cientes do quanto o louvor mundano mantém a paixão presa às coisas terrenas e afasta o coração de Deus." (pág. 91).

"O santo chamado do cristão o leva a ser vitorioso sobre o mundo. Esta vitória requer uma indiferença essencial e indispensável ao seu desprezo e desonra. Ele reflete sobre aqueles homens que 'enfrentaram zombaria e açoites'."(Hebreus 11:36) (pág. 94).

D) A FALSA SUBSTITUIÇÃO DA FÉ CRISTÃ POR GESTOS SIMPÁTICOS E NEGÓCIOS

No tocante a essa substituição, quero me referir àqueles que pensam poder substituir o supremo amor e o temor a Deus por qualidades úteis e amáveis da vida, como a compaixão, a bondade e o perdão; na verdade, por mais populares e aceitáveis que sejam, tais qualidades não tem poder para restringir comportamentos privados que afrontam a santidade de Deus; muitos de nós, despidos do disfarce da gentileza e da doçura, seríamos expostos em nosso orgulho e malevolência.

"Essa fraca benevolência, que não está enraizada na verdadeira religião, é de uma natureza efêmera e débil. Ela carece daquele temperamento resistente e vigoroso que é necessário para suportar a injúria, ou sobreviver aos choques violentos, aos quais este mundo sempre nos expõe. Somente o amor cristão possui o caráter para ser 'paciente e bondoso', que 'não maltrata, não procura seus interesses', e que 'tudo sofre, tudo crê, tudo espera, tudo suporta.' (I Coríntios 13:4, 5, 7) (págs. 100, 101). 

"As Escrituras, em toda a parte, ordenam a você que seja terno e compassivo, diligente e útil. É característica desta 'sabedoria do alto' - na qual você deve ser hábil - ser 'pacífica, amável, compreensiva, cheia de misericórdia e de bons frutos.' (Tiago 3:17) (pág. 103); (...) Se, no entanto, você está consciente de que é naturalmente rude e austero; de que as decepções o deixaram amargurado, e de que a prosperidade o encheu de soberba; seja qual for o motivo pelo qual você tem um temperamento ruim, rispidez nos modos ou aspereza na linguagem - não se desespere. Lembre-se, as Escrituras prometem a ação divina de 'retirar o coração de pedra e dar um coração de carne' (Ezequiel 11:19). Ore, então, zelosa e perseverantemente, para que a bendita ajuda da graça divina possa operar eficazmente em seu favor." (pág. 104).

E) OUTROS DEFEITOS NA PRÁTICA DOS CRISTÃOS NOMINAIS

Cristãos nominais também incorrem no erro de condenar a maldade e o pecado nas classes economicamente menos favorecidas, enquanto são condescendentes com os mesmos pecados entre a elite social; "Mas a Palavra de Deus avalia as ações por meio de um padrão muito menos condescendente. Nela, não lemos de pequenos pecados. No Sermão do Monte, não há distinção entre os pecados dos ricos e os pecados dos pobres. Não há referências a uma escala de moral para as classes mais altas e outra para as mais baixas da sociedade. A idolatria, a fornicação, a lascívia, a bebedeira, orgias, paixões desenfreadas - o apóstolo as classifica todas ao lado do roubo e do assassinato. Ele declara de igual modo para todos estes pecados que 'os que praticam essas coisas não herdarão o reino de Deus.'." (Gálatas 5:19 - 21) (pág. 107).

"A verdade é que não nos lembramos o bastante do tom exaltado da moralidade bíblica. Assim, provavelmente, nos valorizamos, tendo como referência nossos próprios parâmetros. Um melhor conhecimento do padrão das Escrituras nos mostraria quão distantes estamos dele. Assim, ao especificar a mais difícil das tarefas - o perdão e o amor aos inimigos - nosso Salvador aponta para a imitação do exemplo de nosso Supremo Benfeitor. Em contraste com os nossos padrões de benevolência, Ele acrescenta, 'sejam perfeitos como perfeito é o Pai celestial de vocês.'." (Mateus 5:48) (pág. 111).

Os cristãos nominais negligenciam as principais doutrinas da fé cristã: a corrupção da natureza humana, a expiação do Salvador e a influência santificadora do Espírito Santo; mesmo conscientes do pecado e da necessidade de reforma espiritual, eles desconhecem a gravidade da corrupção humana e o remédio para este mal; anseiam por uma reforma em suas vidas, mas desprezam o Caminho apontado pelas Escrituras; diante do fracasso, entram em desespero.

"Mas as Santas Escrituras os conclamam a começar de novo e estabelecer um novo fundamento para sua fé religiosa. Eles devem se prostrar diante da cruz de Cristo, com humilde penitência e profundo senso de arrependimento. Solenemente, devem decidir abandonar seus pecados e confiar somente na graça de Deus para receber o poder de manter sua decisão. (...) O verdadeiro cristão sabe, portanto, que sua santidade não precede sua reconciliação com Deus, sendo então sua causa. Mas ela tem de a seguir, e ser o seu efeito. Em resumo, ela ocorre somente pela fé em Cristo, fé marcada pelo arrependimento do pecado (pág. 113). (...) Desse modo, não devemos esquecer que a principal distinção entre o verdadeiro cristianismo e o sistema do grupo dos cristãos nominais consiste no lugar diferenciado que é dado ao Evangelho. Para os últimos, as verdades do Evangelho são como estrelas distantes que piscam com um brilho vão e despretensioso. Mas para o verdadeiro cristão, essas doutrinas principais constituem o centro no qual ele gravita, como o sol de seu sistema, e a fonte de sua luz, calor e vida." (pág. 115)




click no link abaixo (ou copie e cole no seu browser), e leia um trecho do livro "A Fé Cristã - sua história e seus ensinos"

https://www.clubedeautores.com.br/book/181552--A_FE_CRISTA?topic=teologia#.V9g4Yh4rLIU

(*) - WILBERFORCE, William "Cristianismo Verdadeiro"; Editora Palavra, 2006; tradução de Jorge Camargo