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sexta-feira, 4 de dezembro de 2015

El verdadero cristianismo - Parte 1


por:
José Augusto de Oliveira Maia
03.12.2015



SERIE DE ESTUDIOS SOBRE EL LIBRO "VERDADERO CRISTIANISMO", DE WILLIAM WILBERFORCE


Empiezo aquí una nueva serie de estudios de la Biblia basada en el libro "Verdadero Cristianismo", de William Wilberforce, publicado por la Editora Palavra, en 2006 (*).

¿Quién fue William Wilberforce?

William Wilberforce (1.759 - 1.833) fue un parlamentario británico que se convertió a la fe cristiana, dedicó su acción parlamentaria a diversas causas sociales, en particular la prohibición de la trata de esclavos negros de África por el Imperio Británico.

En su libro "Verdadero Cristianismo" ("A Practical View of Christianity", 1.796), Wilberforce rechaza y denuncia lo superficial cristianismo presente en la sociedad británica, tratando de despertar a los lectores a un compromiso efectivo con Cristo y una vida transformada, el resultado de un nuevo nacimiento.

CAPÍTULO I - conceptos erróneos acerca de la importancia del cristianismo 

Wilberforce empieza su libro con un concepto inadecuado que los cristianos nominales de su época tienen sobre la fe cristiana y el Evangelio de Cristo; aunque los discursos de estos cristianos nominales parecen muy en sitonía con la Biblia, "no tienen derecho al cristianismo en particular, a lo sumo, tienen derecho a la religión en general - tal vez la mera moralidad.". Mientras que las doctrinas y principios rectores del cristianismo son el conocimiento actual de los cristianos nominales, las consecuencias prácticas y circunstancias externas de la verdadera fe cristiana, sin embargo, son extraños y desconocidos.

Para ilustrar este punto, el autor plantea la cuestión de si existen diferencias esenciales entre los que profesan ser cristianos y non creyentes; ¿como es la educación, y lo que los valores correspondientes a la fe cristiana se pasan a los hijos de los que profesan ser cristianos por sus padres? La educación recibida de sus padres no contempla el estudio del cristianismo, y la posible relación de los niños con el evangelio es el resultado de conceptos superficiales y engañosas: si el niño nace en un hogar cristiano, si sus padres son miembros de una iglesia cristiana, por lo que, naturalmente, también el es cristiano. "Cuando la religión... se transmite por sucesión hereditaria, no es sorprendente observar a los jóvenes... dejando una posición que no fueron capaces de defender.".

En los valores defendidos por los cristianos nominales, no encontramos tracos de el Evangelio de Cristo; la gratitud por las bendiciones temporales (salud, talentos, posesiones), no refleja el conocimiento sincero y humilde de la Providencia Divina soberana. Sus patrones bien y mal no son el resultado de un examen completo y conciente de la Escritura, sino que son la base de un sistema de pensamiento diametralmente opuesto a la Palabra de Dios; cuánto son las lecciones que se han aprendido de memoria (Isaías 29:13).

El cristianismo nominal cede a la pereza, por no tratar de desarrollar su vida espiritual a través de lo estudio dedicado de la Biblia y su aplicación práctica en la vida; "Aunque generosa, la mano de la Providencia no otorga sus dones para tentarnos a  la pereza; Ela da sus dones para despertarnos al esfuerzo.".

Como ejemplo de los conceptos erróneos absorbidos por los cristianos nominales, y la respuesta a ellos, podemos mencionar:

* no importa lo que una persona cree; mira lo que él practica; en respuesta a esto, Wilberforce dijo cómo engañoso es este posicionamiento, una vez que un día seremos llamados ante Dios para "rendir cuentas sobre el ejercicio de nuestras capacidades intelectuales y emocionales"; es un error creer que los actos de una persona no están directamente influenciados por lo que cree

* lo que realmente importa es la sinceridad; yá que la persona está sinceramente convencida de que sus opiniones y prácticas están justas a los ojos de Dios, no puede ser incriminada; el engaño de esta posición es la suposición de que el Ser Supremo no entrenó los seres humanos con medios suficientes para distinguir el bien del mal, la verdad de la falsedad; este error se debe abandonar; sinceridad, restaurada a su significado original, implica en cuenta la honestidad, el deseo de ser instruido, en la humildad del interrogatorio, juicio justo y sin prejuicios; "estos valores se les llama con intensidad, acompañada de la oración ferviente por la bendición divina"; 'Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá' (Lucas 11:9); 'Vamos todos ustedes los sedientos, venid a las aguas' (Isaías 55:1); para lo interrogador verdaderamente sincero están reservados lá comoda seguridad y aliento agraciado. ¿Qué tan profunda será la nuestra culpa si ignoramos estas ofertas benévolas? 'Porque os digo que muchos profetas y reys desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.' (Lucas 10:24).

Al final del capítulo I, el autor plantea la pregunta: ¿Qué defesa puede presentar en el día de juicio, porque nos quedamos deliberada y obstinadamente ignorantes del Camino de la Vida? Con tantos recursos provistos por Dios para conocer este Camino, y ante tantas razones para seguirlo, ¿como vamos a defendernos por nuestra negligencia voluntaria?

Esta pregunta también hoy nos ocupa; si descuidarmos los medios a nuestra disposición para conocer la Palabra de Dios, el Evangelio de Cristo y la fe cristiana, con todas sus consecuencias prácticas; y si abandonamos lo ensino responsable y comprometido de su verdad a nuestros hijos, acompañados por ejemplo práctico em nustras propias vidas, no sólo impulsará en pasos seguros a la condenación eterna de sus almas, pero también traerá sobre nosotros la misma condenación.



(*) - WILBERFORCE, William "Cristianismo Verdadeiro"; Editora Palavra, 2006; traducción de Jorge Camargo (Brasil)



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