UBE Blogs

UBE Blogs

domingo, 13 de maio de 2018

Serie de estudios "Cristianismo y Liberalismo" - parte 5



por:
José Augusto de Oliveira Maia
20.01.2018


INTRODUCCIÓN

En nuestro último estudio, encontramos al autor defendiendo la importancia de la doctrina y de su enseñanza para el cristianismo, desde los tiempos apostólicos, contrariando el indiferentismo doctrinal predicado por el liberalismo teológico (LT); sobre la definición de doctrina, Machen afirma que "el establecimiento del evento, con su significado, era una doctrina" (página 30); así, él demonstra que el repudio a la doctrina no era un repudio a la Reforma del siglo XVI tan sólo, sino que era el rechazo de la enseñanza más fundamental dejada por Cristo y sus apóstoles.

Y entonces tenemos la propuesta de analizar las enseñanzas del LT en comparación a la doctrina cristiana, demostrando la distancia insuperable entre la fe predicada por cada uno de ellos.

DIOS Y EL HOMBRE

En la base del mensaje del Evangelio, hay dos doctrinas fundamentales: la doctrina sobre Dios y la doctrina sobre el Hombre; y sobre estas dos doctrinas, cristianismo y liberalismo se sitúan en campos opuestos.



El LT dice que el conocimiento de Dios no es necesario a la fe, y que la teología contribuye negativamente a la religión; en lugar de conocer a Dios, nuestra preocupación debería ser sólo sentir su presencia.

En respuesta a esto, Machen opone la propia realidad de las relaciones humanas; el afecto que nutrimos por un amigo se basa en todo lo que conocemos sobre él, informaciones que quedan en nuestra memoria; "(...) si el afecto humano es tan dependiente de conocimiento, ¿por qué sería diferente con la suprema relación personal que es la base de la religión? ¿Por qué deberíamos quedar indignados cuando nuestros amigos son difamados mientras, al mismo tiempo, debemos permanecer quietos cuando Dios sufre las peores difamaciones? Ciertamente, hace toda la diferencia lo que pensamos sobre Dios; el conocimiento de Dios es la base misma de la religión." (páginas 51, 52).

Así, se parte inmediatamente para la siguiente pregunta, que es: ¿cómo podemos conocer a Dios?

Para los predicadores liberales al tiempo de Machen, todo el conocimiento de Dios viene sólo a través de Jesús; pero, aunque parezca una afirmación correcta y cristiana, se queda por debajo de la realidad que encontramos en el Evangelio; "Porque Jesús mismo, claramente, reconoció la validez de otras maneras de conocer a Dios, y al rechazar esas otras maneras estamos rechazando lo que está en el centro de su vida." (página 52); tres ejemplos sobre esto aquí nos bastan:


a) Jesús veía la mano de Dios en la provisión de toda su creación (Mateo 6:25 - 34)

b) Jesús encontraba reflejos de Dios en la ley moral presente en el corazón humano (Lucas 13:10 - 17)

c) Jesús encontraba a Dios revelado en las Escrituras del Antiguo Testamento, citando algunos pasajes (Mateo 4:4, 7, 10, Lucas 4:14 - 21, 19:46)

Así, según Machen expresó en su libro, "Decir que la revelación de Dios era inválida, o que es inútil para nosotros hoy, es lo mismo que despreciar las cosas más cercanas a la mente y al corazón de Jesús." (página 52).

Mismo estando presente en la persona de Jesús, el conocimiento de Dios necesariamente antecede a esa revelación específica de Dios; "simplemente decir que 'Jesús es Dios' no tiene sentido, a menos que la palabra 'Dios' tenga un significado antecedente acoplado a ella. Y el acoplamiento de un significado a la palabra 'Dios' es posible por los medios que acabaron de ser mencionados (...) los discípulos a quienes Jesús se dirigía ya tenían un concepto bien definido de Dios, el conocimiento del Ser Supremo estaba presupuestado en todo lo que Jesús dijo. Sin embargo, los discípulos no querían solamente un conocimiento de Dios, ellos también querían un contacto personal. Y ese contacto se produjo por medio de Jesús, que reveló de manera magníficamente personal el carácter de Dios, pero esa revelación sólo obtuvo su verdadero significado sobre la base de la herencia del Antiguo Testamento y de la propia enseñanza de Jesús ". (página 52, 53); ver Juan 14:8 - 11.

En contra de la afirmación de los liberales de que el conocimiento de Dios debe ser práctico y no teórico, Machen argumenta que no hay como construir una relación y un conocimiento práctico sobre Dios sin el conocimiento teórico, basado en la revelación de Dios (y nuevamente aquí vemos la  importancia de la doctrina); en otras palabras, cómo construir un conocimiento práctico de Dios sin el conocimiento de lo que Él reveló sobre sí mismo?

"Lo que se quiere decir con el conocimiento 'práctico' de Dios, en el habla moderna, no es un conocimiento de Dios, que es tanto teórico como práctico, sino un conocimiento práctico que no es teórico - en otras palabras, un conocimiento que no da ninguna información sobre la realidad objetiva, un conocimiento que no es conocimiento de ninguna manera (...) La relación de Jesús con su Padre celestial no era una relación con una bondad vaga e impersonal, no era una relación con una apariencia de forma personal y simbólica, por el contrario, era una relación con una persona real cuya existencia era tan definida, y tan sujeta al conocimiento teórico objetivo, como la existencia de los lirios de los campos vestidos por Dios. (página 53).

EL CONCEPTO LIBERAL DE DIOS COMO PADRE

Buscando el conocimiento "práctico" de Dios, los predicadores liberales destacan de forma indebida el concepto de Dios como Padre; aunque presente en las enseñanzas de Jesús sobre Dios, la enseñanza liberal distorsiona el foco de la enseñanza sobre la paternidad de Dios traído por Jesús; "No estamos interesados, dicen, en muchas cosas por las cuales los hombres han dado sus vidas anteriormente, no estamos interesados en la teología de los credos, no estamos interesados en las doctrinas del pecado y de la salvación, no estamos interesados en la expiación por medio de la sangre de Cristo; para nosotros es suficiente la simple verdad de la paternidad de Dios, y su concepto consecuente, la hermandad de los hombres. Podemos no ser muy ortodoxos de acuerdo con la teología, siguen diciendo, pero es claro que ustedes nos reconocéis como cristianos, pues aceptamos la enseñanza de Jesús sobre Dios Padre." (página 55).

Sin embargo, Machen refuta la enseñanza liberal sobre la paternidad de Dios:

* tal enseñanza no está presente en la parábola del hijo pródigo (Lucas 15); con certeza, aquellos publicanos y pecadores que estaban presentes oyendo esta parábola formaban parte de Israel, y en este sentido, podrían ser vistos como hijos de Dios; además, la parábola termina con la redención del hijo pródigo sólo después del arrepentimiento, lo que implica una condicionante para su redención

* también no está presente en el sermón del monte, en el cual Dios es presentado como cuidador de todos (Mateo 5:44,45), hasta de aquellos que lo rechazan, pero no como Padre de todos; "En realidad, casi se podría decir que el punto central del pasaje depende del hecho de que él no es el Padre de todos. Él cuida incluso de aquellos que no son sus hijos, sino sus enemigos, por lo tanto, sus hijos, los discípulos de Jesús , deben imitarlo al amar incluso a aquellos que no son sus hermanos, sino a sus perseguidores. La doctrina moderna de la paternidad universal de Dios no puede encontrarse en las enseñanzas de Jesús. (página 56)

* en el resto del Nuevo Testamento, "Aquí y allá, la terminología de paternidad y filiación se utiliza para describir esta relación general, pero estas ocurrencias son extremadamente raras. Generalmente, el alto término 'Padre' se utiliza para describir una relación de un tipo mucho más íntimo, la relación en la que Dios se mantiene en compañía de los redimidos." (página 57)

DIOS Y EL HOMBRE EN EL LIBERALISMO MODERNO


El concepto liberal sobre la persona de Dios no sólo difiere de la doctrina cristiana sobre la paternidad de Dios; la trascendencia de Dios, presente en las Sagradas Escrituras, es negada por el L. T..


"De portada la portada, la Biblia tiene el interés de establecer la gran distancia que separa a la criatura del Creador. Obviamente  es verdad, de acuerdo con la Biblia, que Dios es inmanente al mundo. Ningún gorrión cae en tierra sin su consentimiento. Pero Dios no es inmanente al mundo por estar identificado con él, sino por qué es su libre Creador y Sustentador. Entre la criatura y el Creador existe una gran distancia.

En el liberalismo moderno, por otro lado, esa distinción tan aguda entre Dios y el mundo es totalmente destruida, y el nombre 'Dios' se aplica en el propio proceso natural. Nos encontramos en medio de un gran proceso que se manifiesta en lo que es extremadamente pequeño y en lo que es extraordinariamente grande - en la microscópica vida revelada a través del microscopio y en los vastos movimientos de esferas celestiales. A ese proceso natural del que nosotros formamos parte, aplicamos el temible nombre 'Dios'. De esta forma, por lo tanto, Dios no es una persona distinta de nosotros; por el contrario, nuestra vida es una parte de su vida. Así, la historia de la encarnación, según el liberalismo moderno, a veces se piensa como un símbolo de una verdad general, de que el Hombre, en su nivel más elevado, es uno con Dios. 



Es interesante cómo la representación de las cosas puede ser considerada algo nuevo, pues la realidad es que el panteísmo es un fenómeno bastante antiguo. Él siempre estuvo con nosotros para arruinar la vida religiosa del Hombre. El liberalismo moderno tiene características de una visión panteísta del mundo, aunque no de manera consistente panteísta. Su tendencia es deshacer, en todas partes, de la separación existente entre Dios y el mundo, y la precisa distinción personal entre Dios y el Hombre. Incluso el pecado del Hombre, por la lógica de esa visión, debe ser considerado como parte de la vida de Dios. Muy diferente es el Dios vivo y santo de la Biblia y de la fe cristiana." (Páginas 58 y 59).



LA NEGACIÓN DEL PECADO POR EL LIBERALISMO TEOLÓGICO


De acuerdo con nuestro autor, "El liberalismo moderno ha perdido todo el sentido de distancia que separa a la criatura del Creador; su doctrina sobre el Hombre fluye naturalmente de su doctrina sobre Dios. Y no son solo las limitaciones de la Humanidad, como criatura, que son negadas. Aún más importante es otra diferencia. De acuerdo con la Biblia, el Hombre es un pecador bajo la justa condena de Dios; de acuerdo con el liberalismo moderno, no existe algo como el pecado. En la raíz del movimiento liberal moderno está la pérdida de la conciencia del pecado." (Página 59).


Así, la distinción cristiana entre la criatura, Hombre, y el Creador, Dios, fue siendo abandonada por el LT, alegando la existencia de una bondad natural en el ser humano, en la cual todos debían confiar; y como fruto de este proceso, la pecaminosidad humana y sus consecuencias fueron negadas; Machen pasa entonces a analizar el proceso de remoción de la conciencia de pecado.


"¿Qué se produjo con esa satisfacción en la bondad humana? ¿Qué sucedió con la conciencia del pecado? Definitivamente la conciencia del pecado acabó, pero ¿qué la quitó de los corazones de las personas?" (página 59).



* En primer lugar, Machen cita el abandono de la cosmovisión cristiana, siendo sustituida en la segunda mitad del siglo XIX por una cosmovisión pagana; "El paganismo es aquella cosmovisión que encuentra el objetivo más elevado para la existencia humana en el desarrollo de sanas, armoniosas y deleitosas habilidades ya existentes; pero, muy diferente es el ideal cristiano. El paganismo es optimista en cuanto a la inmaculable naturaleza humana, mientras que el cristianismo es la religión del corazón arrepentido." (página 60)


* en respuesta a esta situación, el escritor presenta los fundamentos del mensaje del Evangelio sobre los cuales se construye la fe cristiana; (...) Cristianismo significa que el pecado es enfrentado de una vez por todas, y lanzado eternamente, por la gracia de Dios, en las profundidades del mar. El problema del paganismo de la Grecia antigua, así como del paganismo de los tiempos modernos, no estaba en sus construcciones, pues eran gloriosas, pero en su fundación, que era podrida. Había siempre algo a ser encubierto; el entusiasmo del arquitecto era mantenido, solamente, por la ignorancia de la incómoda existencia del pecado. En el cristianismo, por otro lado, nada necesita ser encubierto. La existencia del pecado es enfrentada directamente de una vez por todas por la gracia de Dios. Entonces, después de que el pecado haya sido removido por la gracia de Dios, el cristiano puede caminar en la búsqueda de desarrollar jubilosamente todas las habilidades que Dios le dio. Así es que el humanismo cristiano es tan elevado - un humanismo fundamentado no en el orgullo humano, sino en la gracia divina. Aunque el cristianismo no termine con el corazón arrepentido, comienza con la conciencia del pecado. Sin la conciencia del pecado, todo el Evangelio será visto como una historia inútil." (Página 61).


Así, Machen rescata la importancia de la predicación tanto de la Ley de Dios y del Evangelio, de modo a llamar a los hombres al arrepentimiento, y presentar a la humanidad la salvación en Cristo.



"Si la conciencia del pecado debe ser producida, la ley de Dios debe ser proclamada en la vida de los cristianos, por medio de palabras. Es inútil el predicador lanzar fuego y brasas del púlpito, si al mismo tiempo las personas asentadas en los bancos de la iglesia no toman el pecado en serio, y se mantengan satisfechas con los patrones morales del mundo. Aquellos que están en la iglesia deben hacer su parte, y proclamar la ley de Dios a través de sus vidas, a fin de que los secretos de los corazones de las personas sean revelados". (páginas 61 y 62)



La predicación de la Ley de Dios debe denunciar el pecado, así como la predicación sobre la gracia divina debe proclamar la salvación de Dios para el Hombre; la actuación del Espíritu Santo honrará la fiel proclamación de la Palabra de Dios, trayendo pecadores al arrepentimiento.



Y es justamente en este punto que Machen dará secuencia a su libro, con las doctrinas cristianas sobre la Palabra de Dios, la Biblia, tema de nuestro próximo estudio.









Nenhum comentário:

Postar um comentário