por: José Augusto de Oliveira Maia
18/02/2015
La marca y el número de la bestia
Apocalipsis 13:16 - 18 habla del número de la bestia, 666; por supuesto, se ha hecho un gran esfuerzo para asignar un significado cierto e inequívoco a este número, que es la marca recibida en la mano o en la frente de los que adoran a la bestia; es natural que este texto despierta nuestra curiosidad y la ansiedade, como la marca de la bestia es su proprio nombre, representado por el número 666; como el versículo 18 nos dice, su número es el número del hombre, y por eso, imagino que es posible relacionar el nombre de la bestia con el nombre de un hombre.
Según George Ladd(*) ni griego ni hebreo, los idiomas originales de los libros de la Biblia, tenían un sistema de números, un conjunto de símbolos gráficos que representan los números, como los hemos hecho hoy (0, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9); por lo tanto, habían adoptado a una técnica llamada gematría, que utiliza las letras del alfabeto en lugar de los números. El aspecto clave de esta técnica es el valor asignado a cada letra, para que usted sepa qué número se representa a un conjunto determinado de letras.
Mientras que em nuestras letras del alfabeto K, W y Y, y el uso de esta técnica, asignamos valores a las letras; por ejemplo: A=1; B=2; C=3; D=4, etc; a partir de ahí, un nombre como JOSÉ estaría representado por el número 49 (J=10 + O=15 + S=19 + E=5); pero si de otro modo asignar otros valores (A=10; B=11; C=12; D=13, etc), entonces JOSÉ es representado por el número 85 (J=19 + O=24 + S=28 + E=14).
Si no estamos seguros de la correspondencia entre letras y números, es imposible decir con precisión qué valores se asigna a cada letra del nombre de la bestia, y por lo tanto, nadie puede decir con certeza que el nombre de la bestia es esto o aquello; número de la bestia debe considerarse que representa simbolicamente cualquier signo que cuando aparece, identifica con precisión y sin duda la bestia y sus adoradores.
Una visión del fin del mundo
La visón de los 144.000 que ya se ha tratado em el capítulo 7; la diferencia fundamental es que aquí se presentan como "los que no se contaminaron con mujeres, pues son castos y siguen al Cordero...". En ningún momento la Biblia condena el matrimonio o relación sexual entre el hombre y la mujer unidos a través de este compromisso; la cifra que aqui se presenta es la pureza espiritual y la fidelidad a Jesús (Apocalipsis 14:1 - 5).
En contraste con la seducción de la bestia para que adoran al diablo, un ángel, que tenía el Evangelio eterno en las manos, es decir, la mensaje de Dios a la humanidad, proclama que todos deben adorar sólo a Dios, porque Él es el Creador de todas las cosas; en el original griego, adorar tiene el sentido de reconocimiento de la autoridad y la sumisión a la misma; a este respecto, adorar a Dios significa tener una vida de reconocimiento y subordinación a Su autoridad; adorar a cualquier otro, como el caso de la bestia o dragón, es dar a los demás lo que pertence sólo a Dios; por lo tanto, la ira y el castigo de Dios sobre la humanidad que insiste en rebelarse contra Él (Apocalipsis 14:6, 7).
La ciudad de Babilonia se utiliza invariablemente en la Biblia como un símbolo de la idolatria, la maldad, la rebelión contra Dios y la resistencia al Evangelio; el anuncio de su caída muestra el inevitable castigo de Dios; por último, la sentencia se anunció de aquellos que se atreven a amar la bestia y el dragón; del mismo modo, se promete a los que permanecen fieles a Jesus el descanso. Predecir el juicio final, la cosecha de los infieles se anunció, en comparación con la cosecha de uvas para ser pisoteada en el tanque, aquí llamado "lagar de la ira de Dios" (Apocalipsis 14:8 - 20).
Las siete plagas finales
Continuando con su visión, Juan presenta "siete ángeles que tenían las siete plagas postreras; porque en ellas se consumaba la ira de Dios"; pero antes de tratar a las proprias plagas, Juan presenta a los que derrotó a la bestia, su imagen y su número, alabando al Cordero, reconociendo la soberanía del Dios verdadero (Apocalipsis 15:2 - 4).
Una vez más, la fidelilad de Dios para cumplir su pacto se simboliza, esta vez por la visión del tabernáculo, tienda construida por el pueblo de Israel, dentro de los cuales era el Arca de la Alianza; los ángeles se preparan para verter las siete copas de la ira de Dios; simbólicamente, si darán las copas y su bebida para beber a los que se rebelan contra Dios, como castigo por su rebelión (Apocalipsis 15:5 - 8).
(*) - LADD, George - "Apocalipse - introdução e comentário" - Ed. Vida Nova, 1ª edição 1980, reimpressão 2011, pgs. 138 e 139 (Brasil)
En contraste con la seducción de la bestia para que adoran al diablo, un ángel, que tenía el Evangelio eterno en las manos, es decir, la mensaje de Dios a la humanidad, proclama que todos deben adorar sólo a Dios, porque Él es el Creador de todas las cosas; en el original griego, adorar tiene el sentido de reconocimiento de la autoridad y la sumisión a la misma; a este respecto, adorar a Dios significa tener una vida de reconocimiento y subordinación a Su autoridad; adorar a cualquier otro, como el caso de la bestia o dragón, es dar a los demás lo que pertence sólo a Dios; por lo tanto, la ira y el castigo de Dios sobre la humanidad que insiste en rebelarse contra Él (Apocalipsis 14:6, 7).
La ciudad de Babilonia se utiliza invariablemente en la Biblia como un símbolo de la idolatria, la maldad, la rebelión contra Dios y la resistencia al Evangelio; el anuncio de su caída muestra el inevitable castigo de Dios; por último, la sentencia se anunció de aquellos que se atreven a amar la bestia y el dragón; del mismo modo, se promete a los que permanecen fieles a Jesus el descanso. Predecir el juicio final, la cosecha de los infieles se anunció, en comparación con la cosecha de uvas para ser pisoteada en el tanque, aquí llamado "lagar de la ira de Dios" (Apocalipsis 14:8 - 20).
Las siete plagas finales
Continuando con su visión, Juan presenta "siete ángeles que tenían las siete plagas postreras; porque en ellas se consumaba la ira de Dios"; pero antes de tratar a las proprias plagas, Juan presenta a los que derrotó a la bestia, su imagen y su número, alabando al Cordero, reconociendo la soberanía del Dios verdadero (Apocalipsis 15:2 - 4).
Una vez más, la fidelilad de Dios para cumplir su pacto se simboliza, esta vez por la visión del tabernáculo, tienda construida por el pueblo de Israel, dentro de los cuales era el Arca de la Alianza; los ángeles se preparan para verter las siete copas de la ira de Dios; simbólicamente, si darán las copas y su bebida para beber a los que se rebelan contra Dios, como castigo por su rebelión (Apocalipsis 15:5 - 8).
(*) - LADD, George - "Apocalipse - introdução e comentário" - Ed. Vida Nova, 1ª edição 1980, reimpressão 2011, pgs. 138 e 139 (Brasil)
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